Madrid, 28 de septiembre de 2024 – 05:00 CEST
El Open Internacional de Ajedrez de Moratalaz fue testigo este jueves de un duelo excepcional cuando Manuel Álvarez Escudero, a punto de cumplir 103 años, se enfrentó a Félix Álvarez Lee, una joven promesa de 12 años en el ajedrez madrileño. Este torneo, que congrega a jugadores de todos los niveles, sirvió de escenario para un choque entre dos generaciones, donde la experiencia y la juventud se encontraron en el tablero.
Manuel Álvarez Escudero, reconocido como el ajedrecista federado más longevo del mundo, llegó puntual al polideportivo de Moratalaz. Como es habitual, salió de su casa empujando su andador. Vestido con su clásica chaqueta y camisa, Manuel, a sus 102 años y 11 meses, continúa compitiendo en torneos de ajedrez a nivel internacional. En esta ocasión, el evento se celebraba cerca de su casa, lo que le permitió no tener que desplazarse lejos, algo que le resulta cada vez más difícil.
Este torneo es uno de los más destacados de Madrid y cuenta con la participación de jugadores de gran nivel, incluidos maestros internacionales, además de aficionados. A pesar de su edad, Manuel sigue activo en la competición, habiendo participado hasta el año pasado en diversos torneos por toda España. Sin embargo, este año ha preferido mantenerse cerca de casa, siendo este torneo una oportunidad perfecta para continuar con su pasión por el ajedrez.
Listo para un nuevo desafío
Cuando Manuel entró al pabellón multiusos donde se desarrollaba el torneo, dejó su andador a un lado, comentando: “Aquí puedo andar sin miedo a caerme”. Apenas llegó, uno de los árbitros le informó que su rival sería un niño de 12 años. Aunque Manuel lo tomó con humor, no ocultó su preferencia por no enfrentarse a los jóvenes prodigios, quienes, gracias a la tecnología, han alcanzado un alto nivel en poco tiempo. “Preferiría no jugar contra niños”, bromeó.
El oponente de Manuel, Félix Álvarez Lee, llegó acompañado por su madre. Estudiante del Colegio Alemán de Madrid, Félix es uno de los mejores jugadores sub-12 de la comunidad madrileña y ha demostrado ser un talento en ascenso. A sus 12 años, ocupa el puesto 51 en el ranking del torneo, superando a muchos jugadores adultos. Manuel, en cambio, ocupa el puesto 90, pero se mantiene confiado: “Hoy veremos cómo me va, hay días mejores y otros no tanto”, dijo.
Un duelo entre generaciones
La partida comenzó a las seis de la tarde, y tras la advertencia del árbitro de apagar los móviles, Manuel, con su teléfono Alcatel básico, hizo lo propio. Félix, por su parte, no tenía móvil que apagar, ya que es uno de los pocos de su clase que aún no posee uno.
El enfrentamiento, que reunía a dos generaciones tan dispares, se desarrolló en un ambiente de concentración absoluta. Félix, con las piezas blancas, inició su estrategia con una calma sorprendente, propia de un jugador experimentado. Manuel, con las piezas negras, optó por su característico estilo de “jugar al toque”, moviendo con rapidez sin consumir mucho tiempo en cada jugada.
Mientras el reloj de Félix avanzaba con rapidez mientras evaluaba sus jugadas, ambos jugadores habían capturado solo un peón cada uno tras 25 minutos de partida. Félix aprovechaba las pausas para observar otras partidas, mientras Manuel permanecía sentado y concentrado, con los brazos cruzados.
La tensión aumentó cuando Félix logró infiltrar su caballo en la defensa de Manuel, haciéndole un jaque. Aunque Manuel intentó resistir, pronto se dio cuenta de que había caído en una trampa. En pocos minutos, se produjo un intercambio de piezas que dejó a ambos jugadores sin damas, con varios peones menos y sin alfiles. Félix había logrado un avance decisivo, poniendo en aprietos a su rival.
La resolución
Después de más de una hora de intensa partida, Félix ejecutó un jaque mate con una de sus torres. Aunque Manuel intentó responder, no pudo evitar la derrota. Ambos jugadores se dieron la mano al final de la partida, demostrando deportividad y respeto mutuo.
Con su característico humor, Manuel comentó: “Perdí el caballo tontamente”, mientras recogían las piezas. Aunque la partida había finalizado para ellos, el torneo continuaba, y Manuel ya estaba pensando en su próximo desafío.
Tras la partida, Félix fue recogido por su padre para regresar a casa y hacer los deberes escolares. Manuel, por su parte, tomó el autobús de regreso, esperando llegar a tiempo para ver el programa Pasapalabra junto a su esposa Pilar, de 93 años. Aunque esta vez perdió, Manuel no se rinde: “Mañana gano y en paz”, dijo con optimismo antes de despedirse del evento por ese día.
El Open Internacional de Moratalaz continuará hasta este domingo, y tanto Manuel como Félix tendrán nuevas oportunidades de demostrar su destreza en este apasionante juego.