Puigdemont remodela Junts per Catalunya con una dirección fiel y un giro hacia el estilo convergente sin renunciar al discurso separatista
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Puigdemont remodela Junts per Catalunya con una dirección fiel y un giro hacia el estilo convergente sin renunciar al discurso separatista

Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat y principal figura de Junts per Catalunya (JxCat), busca dar un nuevo impulso a su partido en el congreso que comienza este viernes en Calella. La estrategia de Puigdemont se centra en consolidar una estructura que combine el legado de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) con el activismo separatista, rodeándose de una dirección leal que incluye a figuras como Jordi Turull, Míriam Nogueras, Josep Rius, Mònica Sales y Toni Castellà.

El congreso se lleva a cabo en un ambiente de aparente calma y sin grandes sorpresas, ya que todo el esquema directivo se ha predefinido, dejando poco margen a las voces críticas. El equipo de Puigdemont ha diseñado una estructura en la que las decisiones claves quedarán en manos de una dirección con una visión unificada, fiel a los principios que él representa.

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Puigdemont se prepara para asumir la presidencia del partido en reemplazo de Laura Borràs, cuya figura ha perdido peso dentro de la organización. Borràs, condenada en 2023 por corrupción debido a la concesión irregular de contratos cuando presidía la Institución de las Letras Catalanas, ha visto reducir su influencia en el partido. Ahora, su papel se limitará a presidir la fundación creada por Demòcrates, una plataforma de pensamiento orientada a dar apoyo ideológico a Junts. Con esta reestructuración, Puigdemont recupera la dirección de su partido y reafirma su control en un contexto de continuidad con su discurso independentista.

Desde Waterloo, Puigdemont ha dirigido el proceso de renovación y ha impulsado una reorientación hacia los rasgos que caracterizaban a CDC, el partido fundado por Jordi Pujol en 1974 y disuelto en 2016. Sin embargo, su objetivo no es solo recuperar la herencia de Convergència, sino combinarla con el carácter más radical y antisistema que ha definido a Junts en los últimos años.

Para ejecutar esta visión, Puigdemont ha construido un equipo de confianza. El liderazgo de Junts queda en manos de figuras claves de su entorno, incluyendo a Jordi Turull, quien ha sido indultado tras su condena por su implicación en el referéndum independentista de 2017. Turull, quien encarna el ADN convergente, es ahora el pilar principal del partido en Cataluña.

La dirección se completa con cuatro vicepresidencias ocupadas por Míriam Nogueras, Josep Rius, Mònica Sales y Toni Castellà. Nogueras, quien lidera la facción que no proviene de Convergència, representa el ala separatista más dura en el Congreso de los Diputados, mientras que Rius, un aliado cercano a Puigdemont desde su época como presidente de la Generalitat, aporta una experiencia clave en la organización interna del partido.

El nuevo equipo también incluye a Judith Toronjo, diputada y recién nombrada secretaria de organización, en sustitución del borrasista David Torrents. La inclusión de Toronjo responde al interés de Puigdemont por reforzar el control de los sectores leales y minimizar la influencia de las voces disidentes dentro del partido.

La reestructuración de Junts responde a la intención de Puigdemont de darle al partido un aire más próximo a Convergència, conservando, no obstante, su discurso separatista. Desde su salida de Convergència en 2017 y su ruptura con el PDeCAT, Puigdemont ha mantenido su discurso de firmeza independentista. Sin embargo, su nueva estrategia refleja el deseo de recuperar el “espíritu convergente” sin abandonar la esencia antisistema cupera que caracteriza a su base de apoyo.

En el Parlamento catalán, Junts está representado por Mònica Sales, quien actúa como portavoz, y por Judith Toronjo. Ambos son figuras que Puigdemont considera fundamentales para mantener el enfoque de confrontación política y movilización que caracteriza a la formación. A su vez, el partido incluye a otros miembros destacados, como el exdirectivo bancario Jaume Giró y la exconsejera Victòria Alsina, quienes representan el ala más moderada de Junts.

Una de las notas más destacadas del congreso podría ser la incorporación de Jordi Pujol y Artur Mas a Junts per Catalunya. Jordi Turull anunció hace unos meses que el expresidente Pujol, fundador de Convergència, solicitaría el carné del partido, una noticia que generó revuelo en la política catalana. Aunque ambos exdirigentes se mantienen en una posición de discreta influencia, su posible afiliación a Junts significaría un respaldo a la dirección de Puigdemont y una suerte de legado político que reforzaría la conexión entre Junts y la tradición convergente.

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Pujol, quien afronta un proceso judicial en la Audiencia Nacional por evasión fiscal, conserva aún una influencia significativa en algunos sectores del nacionalismo catalán. La afiliación de Pujol y Mas al partido de Puigdemont podría simbolizar la culminación del proyecto de Junts como heredero directo de Convergència y el retorno a una organización que combine los valores del catalanismo moderado con la firmeza del independentismo actual.

El congreso de Junts per Catalunya culminará este fin de semana con la confirmación de la dirección propuesta por Puigdemont. El equipo renovado refleja una organización unificada, con un liderazgo firme que se orienta hacia un equilibrio entre el legado convergente y el activismo separatista. Con esta reestructuración, Puigdemont busca consolidar su liderazgo y preparar a Junts para los desafíos políticos que se avecinan, en un contexto marcado por la polarización y la persistente demanda de independencia en Cataluña.