El conflicto en Oriente Próximo ha escalado con nuevos bombardeos israelíes dirigidos contra posiciones de Hezbolá en Líbano, tras la muerte de Hasan Nasralá, líder del grupo libanés. Hezbolá ha confirmado el fallecimiento de Alí Karaki, comandante del frente sur, quien murió en el bombardeo israelí del pasado viernes en Beirut. Nasralá también perdió la vida en ese ataque, un golpe devastador para la organización. Mientras tanto, Israel continúa bombardeando “docenas de objetivos” de Hezbolá, entre los cuales se encuentran depósitos de armas y estructuras militares en el sur del país.
Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, se refirió por primera vez a la muerte de Nasralá el sábado, afirmando que “el trabajo” de Israel contra Hezbolá “no ha terminado”. Netanyahu advirtió que “se avecinan días difíciles” para la región, asegurando que las operaciones militares de Israel continuarían en los próximos días.
Nuevas muertes entre los líderes de Hezbolá
Aparte del ataque del viernes que acabó con la vida de Nasralá y Karaki, el ejército israelí informó de la muerte de Nabil Qaouk, comandante de la unidad de Seguridad Preventiva de Hezbolá, en un bombardeo ocurrido el sábado en Beirut. Qaouk era una figura crucial dentro de la organización, encargado de la supervisión de varias operaciones de seguridad y de gestionar relaciones estratégicas en la región.
En respuesta a estas bajas, Israel ha intensificado sus bombardeos sobre Líbano. Un portavoz militar israelí confirmó que los ataques se centraron en “decenas de objetivos terroristas” de Hezbolá, incluyendo edificaciones que servían como almacenes de armas y otras infraestructuras vitales para la milicia.
Crisis humanitaria en Líbano: un millón de desplazados
El impacto humanitario del conflicto es cada vez más preocupante. Los bombardeos han destruido infraestructuras civiles, dejando a más de un millón de personas desplazadas en Líbano. Organizaciones internacionales han alertado sobre la severa crisis humanitaria que enfrenta el país, mientras los desplazados luchan por encontrar refugio seguro en medio de la persistente violencia.
En las últimas horas, el ejército israelí ha extendido sus operaciones militares no solo en Líbano, sino también en Yemen, atacando las ciudades portuarias de Hodeidah y Ras Issa. Estos ataques, según el ejército israelí, buscan detener los lanzamientos de misiles por parte de los militantes hutíes, quienes han estado atacando a Israel en apoyo a Palestina desde el inicio de la guerra en Gaza el pasado 7 de octubre.
Bombardeos israelíes en Yemen: un nuevo frente en el conflicto
En Yemen, las fuerzas aéreas israelíes han llevado a cabo ataques sobre las ciudades portuarias de Hodeidah y Ras Issa, causando cortes eléctricos en gran parte de la región. Según el ejército israelí, los bombardeos se dirigieron a plantas energéticas y un puerto marítimo en respuesta a los recientes lanzamientos de misiles y drones balísticos por parte de los hutíes.
“Durante el último año, los hutíes han operado bajo la dirección y financiación de Irán, en coordinación con milicias iraquíes, para atacar a Israel, desestabilizar la región e interrumpir la libertad de navegación global”, declaró el ejército israelí en un comunicado.
El ataque más reciente se produjo el sábado, cuando los hutíes lanzaron un misil balístico hacia el aeropuerto Ben Gurion, cerca de Tel Aviv. Según las autoridades israelíes, el objetivo del ataque era el primer ministro Netanyahu, aunque el misil fue interceptado antes de llegar a su destino.
Apoyo de Estados Unidos a la ofensiva israelí
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se pronunció el sábado respecto a la muerte de Hasan Nasralá, calificándola como una “muestra de justicia” para las víctimas de Hezbolá. En su comunicado, Biden destacó que Nasralá era responsable de la muerte de miles de civiles, incluidos estadounidenses, israelíes y libaneses, y consideró su muerte un acto necesario dentro del conflicto.
El respaldo de Washington a la ofensiva israelí en Líbano y Yemen ha sido firme. Las fuerzas estadounidenses han incrementado su presencia en la región, y la administración Biden ha reiterado su compromiso con la seguridad de Israel, en medio de la creciente tensión con Irán y sus aliados.
Repercusiones en la región
La violencia en Oriente Próximo ha desatado una oleada de tensiones que involucra a múltiples actores regionales. Irán, un aliado clave de Hezbolá y de los hutíes, ha condenado los bombardeos israelíes y prometió represalias tras la muerte de uno de sus comandantes de la Guardia Revolucionaria, fallecido también en el ataque del viernes en Beirut.
Paralelamente, milicias iraquíes han comenzado a movilizarse, prometiendo apoyo a Hezbolá y a los hutíes en su lucha contra Israel. El riesgo de una escalada en el conflicto amenaza con desestabilizar aún más una región ya profundamente afectada por décadas de guerra.
En resumen, la situación en Oriente Próximo sigue siendo extremadamente tensa, con los recientes bombardeos israelíes en Líbano y Yemen, así como las constantes hostilidades entre Israel, Hezbolá y los hutíes, elevando el conflicto a un nuevo nivel crítico.