Sociales

Expertos y activistas insisten en el daño para la salud y la economía del cambio de hora

La Alianza Internacional por los Horarios Naturales (IANT), integrada por un grupo de expertos y activistas de la salud, de los usos del tiempo y de ONGs, entre los que figuran cronobiólogos, neurocientíficos y economistas, han lanzado una campaña en las redes sociales para concienciar a la ciudadanía europea sobre los efectos negativos que los cambios de hora y la adhesión a zonas horarias incorrectas tienen para la salud y para la economía.

Cuando la madrugada del sábado al domingo los relojes se adelanten de las 2 a las 3 am España quedará situada, según los expertos, en la hora que, por ubicación geográfica y proximidad a la hora solar, corresponde a los países del Este, como Ucrania.

“Durante los últimos treinta años cada vez más estudios y publicaciones científicas han demostrado los impactos negativos de vivir en la zona horaria incorrecta en términos de ahorro energético, de riesgo de cáncer y de otras enfermedades, de rendimiento de las personas trabajadoras y estudiantes o el PIB, entre otros aspectos”, aseguran.

Y subrayan que, a pesar de ello, la Unión Europea no termina de poner fin a esta práctica de cambiar la hora dos veces al año porque persisten ciertos mitos y creencias erróneas al respecto, como que se ahorra energía.

Desmontar mitos

“Los estudios recientes señalan que, o bien no tienen ningún efecto o, peor, el horario de verano puede hacernos gastar más energía porque los patrones de consumo actuales (que no son los que existían cuando se implantó el cambio horario en el siglo XX) aumentan el gasto en calefacción y refrigeración”, indican fuentes de la IANT, de la cual forman parte la Barcelona Time Use Iniciative (BTUI) y ARHOE-Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, entre otras organizaciones.

Y frente a quienes aseguran que no hacer el cambio perjudicaría a la economía, en especial a sectores como el turismo, el ocio o el comercio, este grupo de activistas recuerda que este sistema horario ya está provocando perjuicios económicos porque la falta de sueño que padece una parte importante de la población hace que se sea menos productivo, se tengan más accidentes laborales y se registren más bajas por enfermedad. Además, dicen, “es el verano, el buen tiempo y el hecho de que el día sea más largo y no el horario de verano el que impulsa el turismo y el ocio”.

Por otra parte, recuerdan que cambiar la hora obliga a las personas a modificar sus hábitos dos veces al año y no permite mantenerlos bien ajustados a los propios ritmos circadianos de la persona.

La propuesta

Zonas horarias permanentes

Para evitar estos efectos negativos, un grupo de expertos que colabora con la BTUI ya presentó en octubre pasado una propuesta de zonas horarias permanentes en función de la situación geográfica de cada país y un plan de transición que habría permitido eliminar de forma definitiva los cambios horarios en todos los estados de la UE este próximo otoño.

Para ello planteaban dividir Europa en cuatro grandes zonas horarias: la de Azores (que incluiría a Irlanda y Portugal), la del oeste europeo (en la que se integraría España junto con Francia, Reino Unido, Bélgica y Países Bajos), la de Europa central (que correspondería a Alemania, Italia, Suiza, Polonia, Suecia y Dinamarca entre otros), la del este europeo (que marcaría los relojes de Finlandia, Rumanía o Ucrania, entre otros) y la zona horaria de Moscú.

Según ese plan, ahora, en marzo de 2023, todos los países mantendrían el horario que venían usando en invierno y para aquellos que coincidiera con el de la zona horaria recomendada ya sería suficiente para disfrutar de un horario permanente.

Para los que no fuera así (Bélgica, Francia, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y España), el segundo paso consistiría en retrasar sus relojes por última vez el próximo otoño, quedando con ello todos ajustados a la hora de la zona que les corresponde por ubicación geográfica.

Esta propuesta -explica Ariadna Güell, promotora del grupo que la elaboró y co-coordinadora de la BTUI-, contribuiría a mejorar la salud, la economía, la seguridad y la sostenibilidad y está en línea con las condiciones preestablecidas por la Comisión Europea para acabar con los cambios de hora en la UE.

Por eso desde la Alianza Internacional por los Horarios Naturales instan al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a añadir este tema a la agenda política durante el semestre en que España tendrá la presidencia del Consejo de la UE, de forma que pueda continuar siendo debatido y se tome una decisión final en 2024 durante las presidencias de Bélgica y Holanda.

“España es de los países que más padece las consecuencias negativas del cambio horario como consecuencia de una decisión que se arrastra de la época de Francia y que provoca que durante todo el año estemos en una franja horaria que no nos toca por naturaleza”, enfatiza Marta Junqué, co-coordinadora de la BTUI.