En un nuevo acto de campaña celebrado este martes en Greensboro, Carolina del Norte, el expresidente Donald Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca en las elecciones de 2024, lanzó una de sus propuestas más polémicas hasta la fecha. Trump afirmó que solicitará al Congreso establecer la pena de muerte para cualquier migrante que sea declarado culpable de asesinar a un ciudadano estadounidense o a un agente de las fuerzas del orden.
“Tenemos que hacerlo… estoy pidiendo la pena de muerte para cualquier migrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de las fuerzas del orden… el Congreso lo va a aprobar”, expresó Trump ante una multitud de seguidores en Greensboro. El exmandatario ha reiterado sus posiciones contra la inmigración en numerosos discursos, pero esta propuesta representa una escalada significativa en su retórica antiinmigrante.
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Este mitin en Greensboro marca la cuarta visita de Trump a Carolina del Norte en dos días, un estado clave en la carrera por la Casa Blanca que cuenta con 16 votos electorales. Actualmente, las encuestas muestran una contienda muy ajustada entre Trump y la vicepresidenta Kamala Harris, quien es la candidata presidencial del Partido Demócrata.
Carolina del Norte es uno de los siete estados considerados “bisagra” o “swing states”, donde los resultados electorales son impredecibles y podrían ser decisivos para definir el próximo presidente de Estados Unidos. En este contexto, la visita de Trump busca consolidar su base de apoyo en un estado donde los márgenes de victoria son tradicionalmente muy estrechos.
A pesar de que se esperaba que Trump se enfocara en los esfuerzos de recuperación de Carolina del Norte tras el devastador paso del huracán Helene, que causó la muerte de más de 230 personas en septiembre, gran parte de su discurso estuvo centrado en la inmigración. Trump insistió en que la inmigración es la mayor amenaza para Estados Unidos y destacó que su propuesta de pena de muerte para migrantes que cometan crímenes contra ciudadanos estadounidenses es una medida necesaria para proteger al país.
“La inmigración es el tema número uno, es el primero, y el segundo es la economía, y el tercero es la inflación”, declaró Trump. Esta afirmación contrasta con los resultados de una reciente encuesta de Gallup, que reveló que para la mayoría de los votantes estadounidenses (52%), la economía es el tema más importante al momento de decidir su voto. La inmigración, por su parte, ocupó el quinto lugar entre una lista de 22 temas considerados clave por los votantes, según los datos publicados la semana pasada.
Durante su discurso, Trump no perdió la oportunidad de atacar a su principal rival, la vicepresidenta Kamala Harris, a quien acusó de implementar una política de “fronteras abiertas”, a pesar de las recientes restricciones al asilo impuestas por el actual gobierno de Joe Biden, que han reducido los arrestos en la frontera sur a niveles inferiores a los registrados en 2020, el último año de la administración Trump.
El expresidente prometió que, de ser elegido nuevamente, su gobierno impulsará deportaciones masivas y establecerá penas de hasta 10 años para aquellos migrantes que intenten regresar a Estados Unidos después de haber sido expulsados. Asimismo, presumió del apoyo de los agentes de la Patrulla Fronteriza, a quienes describió como los “héroes” que enfrentan una crisis en la frontera sur, la cual, según Trump, está siendo infiltrada por traficantes de drogas, violadores y delincuentes.
“Estamos viendo lo peor de lo peor cruzar la frontera”, afirmó Trump, en una reiteración de la retórica que ha caracterizado su postura sobre la inmigración desde su primera campaña presidencial en 2016.
Además de sus comentarios sobre la inmigración, Trump continuó con su ya habitual estrategia de descalificar a Harris, a quien calificó de “perezosa” y con “bajo coeficiente intelectual”. En un momento de su discurso, Trump afirmó: “No necesitamos otra persona con bajo coeficiente intelectual, tuvimos una durante cuatro años, no necesitamos otra”, en lo que parece ser una referencia a la presidencia de Biden, quien fue vicepresidente bajo la administración de Barack Obama.
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Mientras tanto, Harris, aunque no tuvo eventos públicos programados ese mismo día, cuenta con el apoyo de destacadas figuras del Partido Demócrata. El expresidente Barack Obama participó en un mitin en Wisconsin junto al rapero Eminem, en un intento por atraer el voto joven y afroamericano, sectores claves para las aspiraciones de Harris.
El discurso de Trump en Greensboro es un claro reflejo de su enfoque polarizante y de su intento de movilizar a su base electoral a través de promesas contundentes sobre inmigración y seguridad. A pesar de que las encuestas indican que la economía sigue siendo el tema más relevante para la mayoría de los votantes, Trump ha apostado por la inmigración como el eje central de su campaña. Sus propuestas, como la pena de muerte para migrantes, representan una estrategia para fortalecer el apoyo entre los sectores más conservadores y nacionalistas de su electorado.
Este nuevo capítulo en la carrera presidencial de 2024 promete mantener la tónica de confrontación y controversia que ha caracterizado la figura de Trump en la política estadounidense, mientras el país se prepara para decidir su próximo líder en noviembre de 2024.
