La tensión en Cuba sigue en aumento tras varios días de apagones totales que han dejado a gran parte de la isla sin electricidad. El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, advirtió el domingo 20 de octubre que el gobierno no tolerará alteraciones del orden público, luego de que surgieran protestas en diversas localidades debido a la falta de energía.
En un mensaje transmitido por la televisión estatal, Díaz-Canel informó sobre la detención de varios ciudadanos que, según el gobierno, serán procesados por actos de “vandalismo” y comportamiento “indecente”. El mandatario, vistiendo uniforme militar, afirmó que las autoridades actuarán con “rigor” contra los responsables de estas manifestaciones, que han afectado lo que describió como la “tranquilidad ciudadana”.
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Las protestas comenzaron en respuesta a los repetidos apagones que han afectado a la isla en los últimos días. El sábado por la noche, en barrios como San Miguel del Padrón, en las afueras de La Habana, los residentes salieron a las calles golpeando cacerolas como muestra de su descontento por la falta de electricidad. Videos de manifestaciones similares circularon en las redes sociales, lo que llevó al gobierno a reforzar la presencia policial en las principales intersecciones y a desplegar patrullas en diversas zonas de la capital.
Los apagones, que se han vuelto más frecuentes en los últimos años, han empeorado en las últimas semanas. En los últimos tres días, el país ha sufrido tres cortes eléctricos a nivel nacional, según informó el Ministerio de Energía y Minas (Minem). El domingo, el Minem comunicó a través de las redes sociales que se había producido una nueva desconexión del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), y que se estaba trabajando en la restauración del servicio.
La crisis energética ha agravado aún más la ya precaria situación económica de Cuba. En 2023, el Producto Interno Bruto (PIB) de la isla se contrajo un 1,9%, y la economía aún no se ha recuperado a los niveles previos a 2019. La falta de electricidad ha paralizado la producción industrial, el comercio y los servicios básicos, exacerbando las dificultades diarias de los cubanos, quienes ya enfrentan escasez de alimentos, medicinas y otros bienes esenciales.
Los expertos sostienen que las fallas eléctricas han sido un catalizador importante para las protestas antigubernamentales de los últimos años. En julio de 2021, se produjeron manifestaciones masivas en todo el país, las más grandes en décadas. Protestas similares estallaron en agosto de 2022 en La Habana y Nuevitas, así como en marzo de 2024 en Santiago de Cuba.
En respuesta a las protestas, el gobierno cubano ha intentado minimizar el alcance de las manifestaciones y ha atribuido los apagones a la falta de recursos para mantener las plantas generadoras en funcionamiento. Vicente de La O Levy, ministro de Energía y Minas, explicó que los cortes de electricidad son el resultado de dificultades técnicas y la falta de suministros esenciales, pero aseguró que se estaba trabajando para restaurar el servicio lo antes posible. Según el ministro, se espera que la mayoría de los usuarios tengan electricidad nuevamente para el lunes, aunque algunos podrían seguir sin servicio hasta el martes.
A pesar de las promesas del gobierno, la frustración entre la población sigue creciendo. Muchos cubanos han recurrido a las redes sociales para expresar su enojo y documentar las dificultades que enfrentan por la falta de electricidad. Algunos usuarios han hecho un llamado a continuar las protestas hasta que se restablezca el servicio eléctrico en toda la isla.
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La crisis energética ha agravado una situación social ya tensa en Cuba, donde la inflación y la escasez de productos básicos han aumentado la insatisfacción de la población. Los apagones prolongados no solo han interrumpido la vida cotidiana, sino que también han dificultado el funcionamiento de la economía, aumentando las tensiones en un país que enfrenta múltiples crisis simultáneas.
El gobierno cubano, por su parte, ha intensificado la represión en los últimos años, imponiendo restricciones severas a la libertad de expresión y de reunión. Desde las protestas masivas de 2021, el régimen ha adoptado una postura más estricta frente a cualquier tipo de disidencia, utilizando su aparato de seguridad para sofocar cualquier intento de manifestación.
Con el país sumido en una crisis económica, social y energética, y con un gobierno decidido a reprimir cualquier desafío a su autoridad, la situación en Cuba sigue siendo extremadamente volátil, con un clima de descontento que no muestra signos de disminuir.