La falta de combustible y el colapso de una central termoeléctrica en Matanzas dejan a la isla sin electricidad por varias horas mientras el gobierno lucha por manejar la crisis.
Cuba experimentó el pasado viernes un apagón masivo que sumió al país entero en la oscuridad, menos de un día después de que el gobierno advirtiera sobre la necesidad de paralizar la economía para ahorrar electricidad debido a la escasez de combustible y los recurrentes cortes de luz que han afectado a la isla en las últimas semanas. El apagón, que dejó sin electricidad a los casi 11 millones de habitantes, ocurrió a primera hora de la mañana tras una avería en la central termoeléctrica de Matanzas, ubicada al este de La Habana.
El Ministerio de Energía y Minas confirmó el incidente a través de la red social X (anteriormente Twitter), y destacó que las autoridades están investigando las causas del fallo. La interrupción del suministro eléctrico se produjo en un contexto de severa crisis energética, que según expertos, es la peor que ha sufrido Cuba en décadas.
Una crisis eléctrica agravada por la falta de combustible
Durante semanas, grandes áreas de la isla han estado sin electricidad por periodos de entre 15 y 20 horas diarias, debido a la falta de combustible necesario para alimentar la red eléctrica. Esta situación ha exacerbado la ya frágil infraestructura energética de Cuba, que ha lidiado durante años con instalaciones envejecidas y mal mantenidas. Sin suficiente combustible para generar la electricidad requerida, el país se enfrenta a una de las peores crisis energéticas en su historia reciente.
El primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, reconoció el jueves por la noche, en un discurso televisado, la gravedad de la crisis. Explicó que cuando la electricidad se restablece, la demanda aumenta de inmediato, lo que provoca una sobrecarga de la red y nuevos apagones. Por ello, exhortó a la población a reducir su consumo energético y adoptar medidas de ahorro.
Medidas extremas para mitigar el impacto
En un intento por aliviar la tensión sobre la red eléctrica, las autoridades anunciaron una serie de medidas de emergencia. Todas las escuelas en el país permanecerán cerradas hasta el lunes, y se han suspendido actividades culturales y no esenciales, como discotecas y eventos recreativos. Solo los empleados considerados esenciales deberán acudir a trabajar, y los hospitales seguirán operando normalmente.
El gobierno también decidió suspender cualquier servicio que consuma energía pero que no sea vital, con el objetivo de reducir el consumo al mínimo indispensable. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, especialmente fuera de La Habana, donde los cortes de electricidad son más prolongados y la desesperación entre la población crece a diario.
Un contexto económico y social difícil
La crisis energética en Cuba se ha visto agravada por la caída en las importaciones de combustible de Venezuela, un tradicional aliado de la isla. En los últimos años, ante la reducción de los suministros venezolanos, Cuba ha buscado alternativas en México y Rusia, pero la grave crisis económica que atraviesa el país ha hecho difícil pagar por esas importaciones.
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La escasez de combustible ha generado largas filas en las gasolineras y ha afectado otros sectores críticos como el transporte y la producción de alimentos. Además, el gobierno ha advertido que será necesario aumentar drásticamente los precios del combustible y la electricidad para poder generar ingresos y controlar el consumo de la población.
El impacto social y el temor a nuevas protestas
La falta de electricidad ha afectado profundamente la vida cotidiana en Cuba. Miriam Leiva, una periodista disidente en La Habana, comentó que la situación es tan grave que incluso la videoconferencia del primer ministro Marrero el jueves por la noche se retrasó varias horas debido a problemas técnicos, posiblemente relacionados con la inestabilidad de la red eléctrica. Leiva también señaló que la escasez de alimentos se ha agravado debido a los cortes de electricidad, ya que panaderías y otros servicios básicos no pueden operar con normalidad.
El gobierno, que ha enfrentado fuertes protestas en los últimos años, parece estar tomando medidas para evitar nuevos estallidos de descontento. En 2021, decenas de miles de personas se manifestaron en todo el país en respuesta a una combinación de apagones, escasez de alimentos y medicamentos, y problemas económicos generales. Ahora, según Leiva, el gobierno está limitando la duración de los cortes en ciertos barrios de La Habana donde teme que puedan producirse levantamientos populares.
Responsabilidades y futuro incierto
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha culpado en repetidas ocasiones al embargo comercial de Estados Unidos por agravar los problemas económicos de la isla, dificultando las importaciones de combustible y otras necesidades vitales. Sin embargo, muchos cubanos están perdiendo la paciencia ante la falta de soluciones inmediatas y viables para la crisis.
El director general de la compañía eléctrica nacional, Alfredo López Valdés, afirmó que el país está trabajando en soluciones, pero advirtió que no serán inmediatas. “Se está luchando, no estamos de brazos cruzados”, aseguró López. “Reconocemos que la situación es muy dura”.
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Mientras tanto, los cubanos siguen lidiando con la incertidumbre diaria, sin saber cuándo volverá la electricidad o cuándo podrán acceder a servicios básicos como el transporte, la educación y la alimentación.
