Iwao Hakamada: Liberado tras pasar 45 años en el corredor de la muerte en Japón
Sociales

Iwao Hakamada: Liberado tras pasar 45 años en el corredor de la muerte en Japón

Shizuoka, Japón, 26 de septiembre de 2024. Iwao Hakamada, un exboxeador japonés de 88 años, ha sido finalmente declarado inocente después de pasar más de 45 años en el corredor de la muerte. El Tribunal de Distrito de Shizuoka anuló su condena por los asesinatos cometidos en la fábrica de miso donde trabajaba, un crimen por el que fue sentenciado a la pena capital en 1968. Este histórico fallo pone fin a una lucha judicial de más de cinco décadas y llega 56 años después de la condena inicial.

El crimen y las acusaciones

El 30 de junio de 1966, cuatro personas fueron encontradas sin vida en el domicilio familiar dentro de la fábrica de miso donde Hakamada trabajaba. Las víctimas, su jefe, la esposa de este y sus dos hijos, habían sido brutalmente asesinados a puñaladas antes de que su casa fuera incendiada, supuestamente para encubrir el crimen. Hakamada fue arrestado dos meses después y, según la policía, confesó ser el autor tras extensos interrogatorios, en los que posteriormente se alegó que fue sometido a tortura física y psicológica.

Desde el momento de su arresto, Hakamada se declaró inocente y afirmó que su confesión había sido obtenida bajo coacción. A lo largo de los años, su condena ha sido objeto de duras críticas debido a la falta de pruebas concluyentes y las irregularidades en la investigación. Sin embargo, la confesión, obtenida en circunstancias muy cuestionables, fue suficiente para que Hakamada fuera condenado a muerte en 1968.

Las irregularidades del juicio

La condena de Hakamada se basó en su confesión y en pruebas circunstanciales que, con el tiempo, se han puesto en duda. Entre las pruebas clave del caso se encontraba un conjunto de ropas ensangrentadas que, según la fiscalía, fueron encontradas en un tanque de miso semanas después del crimen. La acusación afirmó que dichas prendas pertenecían a Hakamada y que las manchas de sangre coincidían con las de las víctimas.

Con el paso de los años, expertos en justicia han cuestionado la validez de estas pruebas, señalando que podrían haber sido manipuladas. En 2008, nuevas pruebas de ADN realizadas en las manchas de sangre no coincidieron con las de Hakamada. A pesar de estos resultados, la fiscalía continuó apelando y el caso permaneció atascado en los tribunales durante años.

Asimismo, se denunció que, durante el juicio original, los abogados defensores de Hakamada no tuvieron acceso a todas las pruebas presentadas por la fiscalía, lo que limitó significativamente la defensa. El sistema judicial japonés, conocido por su rigidez y altos índices de condena, ha sido criticado en múltiples ocasiones por la falta de transparencia y el uso de prácticas coercitivas durante los interrogatorios.

El giro decisivo

En 2014, el Tribunal de Distrito de Shizuoka decidió reabrir el caso, reconociendo que las pruebas presentadas por la fiscalía no eran confiables. El tribunal consideró que existía una “alta probabilidad” de que las pruebas hubieran sido manipuladas. Gracias a este fallo, Hakamada fue liberado provisionalmente en marzo de 2014, después de haber pasado 45 años en el corredor de la muerte, lo que lo convirtió en la persona que más tiempo ha pasado esperando ser ejecutada, según Amnistía Internacional.

Lea también: Informe de análisis de la industria de agentes de aplanamiento: el tamaño de su mercado crece con una CAGR del 10,6 %, por aplicaciones

Aunque fue liberado en 2014, el reconocimiento oficial de su inocencia no se produjo hasta hoy, cuando el tribunal absolvió a Hakamada de todos los cargos.

Impacto del veredicto

El caso de Iwao Hakamada ha sido uno de los más controversiales en la historia judicial de Japón, con repercusiones tanto a nivel nacional como internacional. Organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, han utilizado su historia como ejemplo de las profundas fallas del sistema de justicia japonés. Hakamada se ha convertido en un símbolo de la lucha contra las condenas erróneas y la pena de muerte en un país que aún mantiene esta práctica.

Hideko Hakamada, la hermana de Iwao, de 90 años, ha sido una defensora incansable de su inocencia. Durante más de 50 años, ha liderado campañas para exigir justicia, tanto dentro como fuera de Japón. Tras conocer el fallo, Hideko expresó su alivio y emoción: “Este momento ha tardado demasiado en llegar, pero al fin se ha hecho justicia”.

El estado de salud de Hakamada

Aunque fue liberado hace una década, los efectos del tiempo que pasó en el corredor de la muerte han dejado una huella profunda en Hakamada. Su salud mental se ha deteriorado considerablemente, lo que ha dificultado que pueda disfrutar de su vida en libertad. Según su hermana, durante su tiempo en prisión, Iwao desarrolló estrés postraumático severo, que ha afectado su capacidad para llevar una vida plena desde su liberación.

El sistema penal japonés ha sido duramente criticado por las condiciones a las que son sometidos los condenados a muerte, incluyendo el aislamiento prolongado y la incertidumbre sobre la fecha de ejecución. Estos factores han sido señalados como causantes de un grave deterioro psicológico en los reclusos.

Exigencias de reforma al sistema judicial japonés

El caso de Hakamada ha reavivado el debate sobre la necesidad de reformas en el sistema judicial de Japón, particularmente en cuanto a la aplicación de la pena de muerte y los métodos de interrogación utilizados. Expertos legales y activistas por los derechos humanos han instado a que se revisen otros casos similares para evitar futuros errores judiciales.

A pesar de haber sido absuelto, la historia de Hakamada es un recordatorio de las posibles fallas en los sistemas de justicia penal, especialmente en aquellos países que aún aplican la pena de muerte. La larga lucha de Hakamada por la verdad y la justicia ha concluido, pero su caso seguirá resonando como un punto de referencia en las discusiones sobre derechos humanos y justicia en Japón y en todo el mundo.